Una investigación realizada por el periódico The Atlanta Journal-Constitution dio a conocer un escándalo que conmocionó a la sociedad de Estados Unidos.
De acuerdo a dicho trabajo, más de 3 mil 100 médicos fueron sancionados por haber abusado sexualmente de sus pacientes; sin embargo, más de la mitad de los mismos aún conservan sus licencias para seguir atendiendo en sus consultorios.
En este trabajo detallado de investigación, The Atlanta Journal-Constitution menciona que los abusos sexuales sufridos por pacientes a manos de sus propios médicos sorprende por su frecuencia, pero el fragmentado sistema de supervisión encubre estas acciones y a muchos médicos sospechosos de abuso sexual, se les permite seguir trabajando.
El diario tuvo acceso a una infinidad de reportes y analizó más de 100 mil medidas disciplinarias contra profesionales de la salud a partir de 1999. Se encontró que más de 3 mil 100 médicos recibieron una sanción por mala conducta sexual. De igual forma, 2 mil 400 médicos violaron las formas protocolarias con sus pacientes.
Por primera vez un reporte revela que la situación de abuso sexual por parte de los médicos a sus pacientes es similar en los 50 estados del país del norte, una situación que han comparado con los escándalos sexuales de sacerdotes.
Entre estos casos se encuentra el de una mujer de Kentucky, quien acudió a un consultorio ginecológico por una infección. Al examinar el abdomen, el médico le dijo que su ropa interior era sexy, luego la acarició y acercó su boca los genitales.
Otro caso es el de una paciente en California, quien estaba por salir de una cita con el psiquiatra Mandeep Behniwal, cuando de pronto, él metió su mano bajo la blusa de la mujer.
No obstante a que éstos y otros casos fueron denunciados, se quedaron archivados. Según el diario, muchos no han salido a la luz pública porque las autoridades reguladoras y los hospitales investigan las denuncias de abuso sexual en secreto.
“La American Medical Association condena las infracciones sexuales y menciona que el consentimiento del paciente no sirve como defensa. Pero mantienen cierto silencio sobre el asunto, aspecto que permite que estos escándalos no salgan a la luz pública”, se menciona en el periódico.
“La magnitud y escala de las infracciones puede variar, pues van desde declaraciones obscenas a pacientes durante revisiones médicas de rutina, hasta violaciones de pacientes mentales o físicamente discapacitados. Sin duda algunos médicos se encuentran presuntamente entre los peores depredadores sexuales quienes han dejado a su paso cientos de víctimas a lo largo de varios años”, dice la publicación.
