Atender pacientes, revisar papeleo, negociar con proveedores, buscar estrategias de publicidad, lidiar con personal, tomar cursos de educación continua y resolver asuntos personales son sólo algunas de las actividades que debe desempeñar el médico, pero hay que aceptar que no se puede hacer todo a la vez, de modo que conviene aprender a gestionar el valioso tiempo del profesional de la salud a partir de tres principios básico:
1. Tomarse el tiempo para determinar con claridad a dónde quiere llegar
En la vida diaria puede haber muchas presiones y asuntos por atender, pero más importante que preocuparse por ellos, es determinar con claridad cuál dirección es la que el profesional de la salud quiera dar a su vida, ya que de esto depende dar el justo valor a cada una de las actividades que desempeña.
2. Aprender a lidiar con lo inesperado
Los retrasos siempre pueden aparecer, ya sea en proyectos personales o profesionales, por ello, resulta útil supervisarlos periódicamente a fin de prevenir inconvenientes, lo cual, ¡recuerda!, se aplica tanto al ámbito laboral como al privado.
En este mismo sentido, conviene que al planificar su jornada el médico considere alrededor de 10 por ciento de su tiempo para resolver imprevistos.
3. Generar una inercia positiva
Concluir algo importante al principio del día aporta un sentimiento de realización a lo largo de la jornada, por tanto, el médico puede encargarse de resolver los asuntos más complejos muy temprano, de modo que le sea sencillo incrementar la calidad y cantidad de los resultados que obtenga a lo largo de su vida.
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