Aunque es común resentir la renuncia de los buenos empleados, pocas veces el jefe entiende a qué se deben estas decisiones, por ello, hoy te tenemos algunos consejos para que esto no ocurra en el consultorio médico, toma nota:
1. Sobrecarga laboral
Presionar demasiado a los empleados suele ser visto como un castigo más que como un reconocimiento a sus capacidades. Se trata de una medida contraproducente, no obstante, para que esto no pase y se le pueda sacar el mayor provecho a sus habilidades, los expertos recomiendan, antes de aumentar la carga de trabajo, subirlos de puesto y aumentar su salario, de lo contrario es muy probable que se sientan sofocados y estancados.
2. Ignorar las necesidades de las personas
El colaborador del consultorio puede ser el mejor en su tarea, pero si tiene mala relación con su jefe inmediato es más probable que se decida a cambiar de empleo. En este sentido, se requiere que quien ostente el poder sea capaz de ofrecer un balance entre los aspectos personales y profesionales, esto incluye tener la sensibilidad para ofrecer una “palmada en el hombro” por los logros alcanzados y mostrar empatía cuando alguien atraviese por un mal momento.
3. Limitar las aspiraciones
Habitualmente los buenos empleados son personas apasionadas, así que ofrecerles oportunidades para alcanzar sus sueños los hace sentir más plenos, productivos y satisfechos con su trabajo, no obstante, muchos jefes creen que hay que trabajar en espacios con reglas rígidas para evitar desorden y baja productividad, sin darse cuenta que sólo están limitando y, por tanto, coartando la personalidad y capacidades de su gente.
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