De entre las medicinas alternativas, una de las más populares y aceptadas es la de los tratamientos quiroprácticos. Aunque no sea ha demostrado fehacientemente que sean más efectivos que las terapias convencionales, han probado ser útiles para reducir, aunque se de forma temporal, algunas afectaciones y dolores de columna y cuello sin la utilización de fármacos o procedimientos quirúrgicos.
Sin embargo, un reporte publicado en el American Journal of Ophtalmology Case Reports apunta que algunos tratamientos quiroprácticos podrían ocasionar una pérdida de visión temporal en ciertos pacientes. En particular, el documento describe el caso de una mujer de 59 años que, después de someterse a una de estas terapias, experimentó problemas de vista.
Yannis Paulus y Nicolas Belili, especialista de retina del Centro Óptico Kellogg de la Universidad de Michigan y el optometrista de la paciente respectivamente, describen que la mujer se sometió a un tratamiento quiropráctico denominado manipulación de la columna cervical de alta velocidad para reducir los síntomas de una jaqueca crónica.
Los especialistas apuntan que la mujer, tras el tratamiento quiropráctico, notó una mancha en su visión. Al día siguiente, la situación de la paciente había empeorado significativamente. Paulus y Belili apuntan que, aunque es raro, estos procedimientos pueden provocar daños en los vasos sanguíneos de la retina.
Este sangrado fue el responsable de las manchas que experimentó la paciente tras el tratamiento quiropráctico. Paulus concluyó que una manipulación forzada de los huesos del cuello puede provocar el deterioro de las paredes arteriales. Advirtió que, si la herida produce coágulos y éstos llegan a un vaso sanguíneo en el cerebro, el procedimiento puede incluso causar un derrame.
Para este caso en particular, la paciente pudo recuperar su visión sin mayor atención clínica después de dos meses. De todas formas, ambos expertos recomiendan a las personas que vayan a someterse a un tratamiento quiropráctico comentarlo con sus doctores de cabecera. Apuntan que, en algunos casos extremos, puede ser necesaria una cirugía o una terapia láser para reparar el deterioro en los vasos sanguíneos.
