La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2016 estimó que cerca de uno de cada cinco mexicanos padecía de insomnio. Si a ello se le suma que, de acuerdo con expertos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), prácticamente todos los individuos padecerán este trastorno del sueño en algún punto de su vida, se trata de un significativo reto de salud.
A pesar de su complejidad, el insomnio podría ser resuelto gracias a los nuevos instrumentos digitales. En específico, las terapias cognitivo-conductuales (CBT, por sus siglas en inglés) en formato virtual podrían ser más efectivas para tratar este trastorno del sueño que la aplicación de técnicas para mejorar las rutinas de descanso; según un estudio publicado en JAMA Psychiatry.
El estudio, que contó con el apoyo de un total de mil 700 pacientes con insomnio, dividió a los participantes en dos grupos. El primero recibió una versión digital de CBT de 20 minutos a través del programa Sleepio. El resto aplico técnicas de “higiene del sueño” para optimizar sus periodos de descanso y reducir costumbres como tomar café y alcohol antes de acostarse.
Colin Espie, autor líder del estudio y cofundador de Big Health (la empresa desarrolladora de Sleepio), comentó a Reuters que los síntomas de insomnio mejoraron significativamente en los pacientes que utilizaron el programa comparado con el resto de los participantes, con efectos notables a las cuatro, ocho y 24 semanas.
Este nuevo estudio indica que el CBT digital puede ayudar a los pacientes con insomnio a lograr no solo un mejor sueño, sino una mejor salud y calidad de vida. También ayuda a sustentar estudios previos donde se encontró que un mejor sueño mejora la salud mental. Aunque una solución automática como Sleepio no puede replicar la capacidad de una relación cara a cara entre persona y clínico, hay ciertas ventajas en este formato.
Los resultados del estudio se basaron en las respuestas de los mismos pacientes, a quienes se les pidió calificar qué tanto había mejorado su insomnio desde que se utilizaba el método asignado. Tampoco se comprobó qué tan efectiva es la CBT en persona comparada con la solución digital, ni se escogieron participantes de grupos culturalmente diversos.