Múltiples investigaciones y estudios han comprobado el rol de la microbiota en el fortalecimiento del sistema inmune. Debido a la forma en la que los infantes desarrollan su propio ambiente bacteriano, la salud de la madre es muy importante en este aspecto. Su rol es tal, que las pacientes con obesidad o sobrepeso podrían poner en riesgo a sus futuros infantes.
Dos artículos, publicados por Bioscience Reports y Frontiers in Physiology, así lo afirman. De acuerdo con Xinhua Xiao, coautor de ambos estudios, no solo la obesidad sería responsable. También las madres con diabetes gestacional podrían alterar la microbiota de sus infantes. Al nacer, estos niños tendrían mayor predisposición al sobrepeso o enfermedades cardiovasculares.
Se investigó la microbiota en la placenta, el líquido amniótico y el meconio en gestaciones sanas […]. El entorno bacteriano de la descendencia, crucial para la función inmune y metabólica y una mayor salud en los neonatos, podría establecerse antes del nacimiento. La obesidad materna influye en la colonización y aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas en los hijos.
La obesidad y la microbiota en México
La Encuesta Nacional de Salud Nutrición (Ensanut) 2016 estimó la prevalencia de diabetes en México en 10.3 por ciento en mujeres. Por otro lado, para obesidad y sobrepeso fue de 72.7 por ciento. El nexo entre dicha condición en las mujeres y la microbiota intestinal podría explicar por qué uno de cada cinco infantes en México sufre de este tipo de enfermedades.
Xiao reafirmó que la ingesta de probióticos en el embarazo y tras el parto puede solucionar este problema. Apuntó que, al consumir estos nutrientes, se tiende a reducir la masa grasa, controlar el peso del infante y mejorar el tratamiento de la diabetes. Asimismo, los omega 3 y 6 pueden reducir la acumulación de lípidos y bajar la incidencia de la obesidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la obesidad afecta hasta 30 por ciento de los niños menores de cinco años en países de medianos y bajos ingresos. Para 2025 se podrían tener 70 millones de estos casos, de no revertir las tendencias.