Las reuniones de trabajo son, con razón, muy impopulares en el mundo laboral. Incluso en el sector médico, donde debe haber gran sinergia en el equipo, llegan a ser soporíferas. Sin embargo, estas malas experiencias no significa que la herramienta sea inútil.
Muy al contrario, las reuniones son fundamentales para una organización. Tanto, que las operaciones pueden descontrolarse si no se realizan correctamente. Para recuperar el valor perdido en estas herramientas, se deben cumplir seis metas específicas:
Conectar el propósito organizacional con el trabajo cotidiano
Lo urgente muchas veces no dejan tiempo para lo importante. Durante las reuniones, los líderes del consultorio deben recordar las metas a largo plazo. Solo así los colaboradores conservarán una visión clara. De lo contrario, se puede correr el riesgo de perder el camino sin notarlo.
Señalar métricas relevantes
Cada organización tendrá sus propios objetivos. Estas metas serán evaluadas a su manera. Si durante las reuniones no se revisan los indicadores pertinentes, los colaboradores no sabrán si se han cumplido las expectativas. A consecuencia, su desempeño no podrá mejorar a corto plazo.
Diseñar fórmulas para las reuniones
Si cada junta sigue un mismo patrón o lista de pendientes, será más fácil de sobrellevar. Incluso, con la repetición, tus colaboradores podrán aprender cómo se organiza. Así, eventualmente podrás delegarles la tarea de coordinarlas. Así podrás desarrollar el talento dentro del consultorio.
Incluir agradecimientos regulares
Las reuniones son perfectas para mostrar gratitud a tus colaboradores. Estos gestos de buena voluntad, cuando sinceros, potencian la moral. Además, incrementan el compromiso del personal con el consultorio. En especial, si explicas cómo sus esfuerzos han beneficiado al negocio.
Enfocar las juntas en logros y mejora continua
Puede ser positivo que todo el consultorio comparta sus experiencias de trabajo poco óptimas. Discutirlas en un entorno de confianza puede, a largo plazo, mejorar la atención de los pacientes. Esto porque, en conjunto, se pueden crear soluciones ingeniosas para retos comunes.
Establecer un horario fijo y seguirlo
Las reuniones son importantes. Su planeación debe reflejar esta relevancia. Los colaboradores no se tomarán en serio las juntas que se atrasan constantemente. Designa un espacio para estos momentos y síguelo religiosamente. Solo así se pueden obtener beneficios concretos.
