A pesar de que el cáncer ha estado presente en la humanidad durante miles de años, ha sido durante las últimas décadas cuando ha mostrado un incremento exponencial en su incidencia y mortalidad. Para tener una idea clara del problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que durante los próximos 20 años podrían aumentar 70 por ciento los casos de tumores a nivel global.
Es por lo anterior que de manera continua se desarrollan investigaciones para buscar alternativas contra el cáncer. Una de las más recientes ha tomado como base al demonio de Tasmania para encontrar una posible cura.
El sustento se basa en que entre 1996 y 2016 el 80 por ciento de la población de esta especie desapareció a consecuencia de un tipo de cáncer contagioso en animales. Al analizar a fondo a esta clase de marsupial se identificó que algunos se habían vuelto inmunes e inclusive lograron que los tumores desaparecieron sin ningún tipo de intervención. Esto llamó la atención de los científicos porque algunos animales lograron “salvarse” del cáncer sin ningún tipo de ayuda.
Fue así que especialistas de la Universidad de Washington (UW) realizaron un análisis a fondo y determinaron que los ejemplares que mostraron mejoría contaban con tres regiones genómicas que contenían genes relacionados directamente con la respuesta inmunitaria al cáncer.
El trabajo también afirma que algunos de los genes podrían ser compartidos por los humanos. Es por eso que ahora los investigadores trabajan en la posibilidad de desarrollar tratamientos que ayuden a combatir el cáncer.