El síndrome del cuidador, es una condición de agotamiento físico y mental que afecta a la persona que tiene a su cargo alguien demandante. Situación que se está presentando actualmente con mucha frecuencia en todo el mundo, debido al aumento del envejecimiento de la población, que lleva a cuestas las discapacidades, enfermedades neurodegenerativas y la dependencia.
Sobre todo, porque la persona que se encuentra comprometido con un individuo inhabilitado casi siempre es un familiar, que no está preparado para esta función, dejando su vida y sus proyecciones a un lado, para cumplir con su rol. Rodeándose en muchos casos de precariedad económica, alteraciones de salud y morbilidad sentida.
Cuidar nuestra salud integralmente para poder cuidar a otros
Los cuidadores se convierten en líderes en el momento de enfrentar una situación donde se debe atender a otros. Sin embargo, cuando existe fragilidad en la red de apoyo, llegan reacciones al sobresfuerzo, que se ven reflejadas en problemas ostero- esqueléticos, alteraciones de sueño y muchas veces, en depresión.
Por tanto, la familia, la comunidad y los servicios de salud gubernamentales deben esforzarse en proteger y apoyar a los cuidadores, ya que de ello depende el bienestar social. El Instituto Mexicano de Seguridad Social, ofrece una guía completa sobre la detección y manejo de los síntomas del síndrome del cuidador; buscando que se atienda oportunamente. (Imss, 2015)
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Formar una red de apoyo.
Con familiares, vecinos, amigos, profesionales de la salud y ayudadores independientes. De tal forma, que se compartan las dudas; tareas y responsabilidades en el momento de atender diligencias personales, estudio u otras actividades benéficas para la salud mental y física.
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Establecer hábitos saludables.
Que incluyen alimentación sana, ejercicio físico, descanso, pausas activas y actividades de ocio, como lectura, manualidades o dibujar. Consiguiendo que se mantengan en equilibrio los pensamientos y la condición física; para no sentir que la labor que se hace es una carga.
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Prepararse.
Cuidar a los demás, lleva responsabilidades que a veces son difíciles de dimensionar; por tanto, es bueno saber cómo enfrentar cada situación. Para ello, el Instituto Nacional de Geriatría de México (INGER, s.f.); ofrece un curso de 40 horas; donde se adquieren conocimientos básicos para asistir a adultos mayores.
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Tomar un descanso.
Cada que sea posible o en forma programada, es necesario salir a la naturaleza, realizar otras actividades, tomarse un café con amigos o relajarse en una clase de yoga o meditando; ya que no se deben dejar agotar las reservas físicas y psicológicas, porque esto lleva a consecuencias nefastas para la salud.
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Comunicarse.
Es necesario darle a conocer a su círculo cercano, si se está sintiendo alguno de los síntomas del síndrome del cuidador, para tomar los correctivos a tiempo. De igual manera; es importante consultar al médico y buscar apoyo psicológico; en caso de ser necesario.
Los cuidadores están encargados de actividades básicas, pero también deben resolver situaciones de crisis y manipular equipos mecánicos. Por tanto; debemos valorarlos y reconocer la importancia de su papel en una sociedad con envejecimiento, discapacidad y dependencia. De tal manera; que estén sanos en forma integral al servicio de la comunidad.