Si cada año te mentalizas para ganar más dinero pero no logras concretarlo, entonces no basta con proponértelo: un cambio de actitud es lo que quizá necesitas.
Dale un giro radical a tu mentalidad
Si a tus manos no llega el dinero que esperabas, entonces es momento de que realices un cambio de actitud frente al dinero. Tal vez no lo sepas, pero cambiar y desarrollar mejores hábitos en el uso de tus recursos podría ser la solución.
Para lograr tus objetivos financieros, te recomendamos seguir los consejos de Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía 2002, quien además es el padre de la economía conductual, la cual expresa que todos los pensamientos tienen una parte lógica y otra emocional.
Estos son algunos hábitos que debes cambiar para que tus finanzas tengan un “buen estado de salud”:
Piensas que no te importa el dinero
Si eres un médico que dice que no trabaja por dinero, entonces debes cambiar tu filosofía de inmediato. No lo malinterpretes, está bien que no te obsesiones con el dinero. De acuerdo a Kahneman, si el dinero no es tu prioridad, entonces debes preguntarte qué es lo que más te importa en la vida. Para alcanzar muchas cosas en la vida, necesitas dinero. Si deseas agregar más consultorios en tu clínica o quieres comprar aparatos médicos de última generación, entonces debes analizar cuánto dinero necesitas mensualmente para lograr esa meta.
Para ahorrar más, necesitas ganar más
Daniel Kahneman dice que la posibilidad de ahorrar no tiene nada que ver con el nivel de ingresos. Por lo que siempre debes destinar obligatoriamente entre5 y 10% de tu salario al ahorro, es decir, como un gasto fijo. En cambio si tu margen de ahorro es mínimo debido a tus gastos mensuales, entonces deberías pensar en recortar gastos. Algunas cosas que podrías reducir son café o comidas fuera.
No te gusta invertir tu dinero
Si piensas que bastante te cuesta ganar tu dinero y prefieres guardarlo en una cuenta bancaria a invertirlo, entonces puede que tus ahorros pierdan poder adquisitivo con el tiempo. Está bien que tengas un ahorro del cual puedas disponer rápidamente para afrontar cualquier emergencia, pero el resto de tus ahorros deberías destinarlos a un instrumento de inversión. Para ello es necesario que te acerques con un asesor financiero.
