Hasta la fecha muchos investigadores se preguntan cuál podría ser la causa del síndrome de fatiga crónica (SFC), pero recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, en Nueva York, dieron a conocer nuevas evidencias sobre este problema de salud.
Informaron que la SFC podría detectarse por medio de muestras de sangre y heces, ya que de acuerdo a los resultados publicados en la revista Microbiome, las personas que sufren dicha afección presentan las mismas irregularidades en su flora intestinal.
“La evidencia de irregularidades al interior del organismo deja en desuso la creencia de que la SFC es un trastorno que tiene un origen psicológico”, dijo Maureen Hanson, investigadora y coautora del estudio.
Incluso Ludovic Giloteaux, líder de la investigación, va más allá al afirmar lo siguiente: “la técnica que hemos desarrollado podría servir de complemento para otros métodos de diagnóstico no invasivos. Incluso los médicos podrían basarse en ella para modificar la dieta de las personas y enfocarla en el consumo de fibra o probióticos para evitar la enfermedad”.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar el ADN microbial presente en las heces de 48 personas con síntomas de SFC. Estos resultados fueron comparados con las heces de 39 personas sanas.
Los investigadores observaron que las personas con aparente SFC tenían una menor diversidad bacteriana así como una carencia de microbios relacionados a procesos inflamatorios.
“También detectamos marcadores inflamatorios en la sangre de los afectados por SFC, quizá por la presencia de bacterias en el flujo sanguíneo, lo que ocasionaría una reacción autoinmune que agravaría los síntomas”, comentaron los especialistas, quienes realizarán más investigaciones para saber si la alteración microbiana es una causa o un efecto del SFC.
