En el este de la ciudad de Alepo, ciudad controlada por opositores al régimen sirio de Bashar Al Asad, habitan unos 300 mil civiles, quienes cuentan con el apoyo de apenas 34 médicos que “trabajan como pueden”. Así lo denunció en conferencia de prensa en Ginebra, Suiza, el director de la ONG Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), Tawfik Chaama.
El organismo señaló que la situación general en Siria es “una total violación del derecho internacional humanitario y de los valores de la humanidad”, pues nunca se había observado que “los hospitales y los trabajadores médicos hubieran sido un objetivo militar tan claramente”.
La UOSSM reveló que en Alepo quedan todavía cuatro hospitales abiertos pese a los daños sufridos por los ataques, pero dos funcionan parcialmente, mientras que de los 34 facultativos con que se cuenta en la zona, 31 son médicos generales y tres dentistas.
Datos de la Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés) presentados por la UOSSM, señalan que ha habido más de 80 ataques contra instalaciones sanitarias, de los cuales 90 por ciento han sido perpetrados por fuerzas gubernamentales, eventos en los que han perdido la vida más de 600 médicos sirios.
Por ello, UOSSM pidió a la comunidad internacional incrementar sus esfuerzos para separar la cuestión militar de la humanitaria y aplicar las resoluciones de Naciones Unidas (ONU) relativas al acceso de ayuda y protección de hospitales, pues desde que inició el conflicto, en marzo de 2011, más de 10 mil especialistas han abandonado Siria y cerca del 40 por ciento de la población no tiene acceso a atención médica primaria.
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