Muy pocas facultades de medicina en el mundo orientan a sus alumnos sobre gestión clínica y conocimientos empresariales, por lo que no es raro que algunos profesionales de la salud se enfrenten a algunos retos cuando se trata de pagar impuestos, cuidar las finanzas de la empresa o realizar estrategias de marketing.
En hospitales muy grandes, que tienen una estructura más robusta, existen puestos de dirección y gestión que normalmente están ocupados por profesionales capacitados en estas áreas.
Sin embargo los médicos empresarios que deben gestionar sus propios negocios pueden encontrar dificultades, sobre todo cuando empiezan configurar su propia empresa de salud.
A continuación te presentamos los 3 errores más comunes en la gestión clínica que debes evitar:
Subestimar la importancia de una secretaria o recepcionista
Puede sonar a cliché, pero la recepción es la tarjeta de presentación de tu empresa de salud. Tus pacientes pueden darte o no el voto de confianza dependiendo de la calidad de su experiencia en su primera visita a tu consultorio. Y a veces, la primera impresión que la gente puede tener de tu empresa dependerá en gran medida de la forma en que se relaciona con los pacientes. El comportamiento de una secretaria o de un recepcionista es fundamental para la reputación de tu empresa de salud, por lo tanto, es necesario que inviertas en su capacitación.
Tener personal desmotivado
Al igual que en el caso de la secretaria, las enfermeras y otros profesionales de la salud deben estar capacitados para ofrecer un buen servicio a los pacientes, pero esto puede ser difícil si no están motivados.
Para evitar esta clase de problemas es básico que aprendas a comunicarte con tu equipo de trabajo. Saber qué decir y cómo hablarlo con cada empleado es muy importante para evitar malentendidos. Por lo tanto, es esencial fomentar una relación sana entre tus compañeros de trabajo, basada en el respeto, la transparencia y la sinceridad.
No establecer metas para tu empresa de salud
Para que tu empresa crezca, es necesario que establezcas metas realistas, como por ejemplo, calcular el número de pacientes que planeas atender el próximo mes. Pero para cumplir con estas metas necesitas un plan de acción que incluya a todos los empleados para que sea más fácil la ejecución de este plan. Se trata de que todos crezcan como equipo de trabajo para beneficio de los profesionales de la salud, de los pacientes y de la empresa de salud.
