Investigadores mexicanos diseñaron un biopolímero compatible con los órganos del cuerpo humano, el cual está hecho con exoesqueleto de camarón y que acaba de ser usado en una mujer de 68 años de edad que padecía neuralgia del trigémino desde hacía seis años.
El primer implante benefició a esta mujer que ya no podía ni masticar por el dolor de cabeza que esto le provocaba.
Para obtener este éxito se necesitó más de una década de estudios por parte de biotecnólogos, bioquímicos, neurofisiólogos, neurólogos y neurocirujanos sobre las bondades del implante y su aplicación.
El recurso derivado del exoesqueleto de crustáceos (quitosana) se implantó en la mujer para actuar como una membrana que protege el nervio y elimina el dolor incapacitante.
El equipo de investigadores del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) destacó que, con esta opción, podrían tratarse lesiones, traumatismos y tumoraciones a bajo costo pues:
Puede ejercer la protección mecánica o biomecánica para evitar la compresión directa hacia el nervio. Y los resultados a seis meses de evolución son notablemente prometedores. Prácticamente el dolor cedió en los primeros tres o cuatro días.
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