Si bien la prescripción de anticonceptivos entre las adolescentes se mantiene como un tema delicado en un país tan “conservador” como México, su implementación resulta inminente ante la alta incidencia de embarazos no planeados que tienen lugar en la nación, cifra que de acuerdo con un estudio conjunto entre el Colegio de México y el Instituto Guttmacher es de hasta el 55 por ciento, con el 30 por ciento de los mismos terminando en abortos inducidos.
Los datos anteriores toman mayor relevancia si tenemos en cuenta que el 90 por ciento de las adolescentes conocen los métodos anticonceptivos pero no los utilizan o no los emplean de la manera adecuada, según afirma el Instituto Nacional de Salud Pública. Por esto se realizan algunas campañas de consejería dentro de las escuelas y centros de planificación familiar para motivar la cultura de prevención de embarazos no deseados.
Vínculo del personal de salud sexual con el adolescente
En la actualidad las encuestas de salud señalan que una buena parte de los adolescentes comienzan su vida sexual a edades tan tempranas como los 13 años, en promedio, situación que demanda una estructura adecuada en el diálogo médico-paciente a modo que éste permita conocer los detalles de cada caso específico, siendo la información recabada el factor más importante para lograr que la adolescente reconozca el uso y la eficacia de cada método anticonceptivo.
En este sentido también es importante considerar que si bien el 70 por ciento de los adolescentes utilizan condón durante su primer encuentro sexual, a medida que su actividad se incremente dejan de usarlo. Ante tal problemática, resulta responsabilidad del profesional de la salud guiar, de la mejor manera posible, a las adolescentes en el uso de otros métodos de mayor duración y con mayor eficacia anticonceptiva.
Entre las claves para lograr este vínculo de confianza destaca el uso de un lenguaje sencillo, así como la necesidad de realizar la consulta a solas con la paciente (sin presencia de los padres), haciendo énfasis en que no es necesaria una exploración genital para la prescripción de un método anticonceptivo, asegurándonos que el adolescente reciba toda la información pertinente sobre su uso adecuado, así como las características y efectividad del método anticonceptivo en un lenguaje sencillo y libre de paternalismos.
¿Cómo prescribir el anticonceptivo correcto a la adolescente?
Es importante considerar que la mayoría de las adolescentes no acuden a consulta cuando inician su vida sexual, por lo cual resulta necesario un primer acercamiento a través de labores de consejería dirigidas hacia las necesidades de los adolescentes y a través de nuevos canales de difusión.
Es necesario ofrecer los métodos del más efectivo y de mayor duración al de menos como: los sistemas intrauterinos, los hormonales inyectados, las pastillas anticonceptivas etc. Y por último recalcar el uso del condón, haciendo énfasis a reforzarlo con otro método hormonal y otro de barrera.
La Organización Mundial de la Salud considera que los métodos anticonceptivos son primera categoría, garantizando el 99 por ciento de efectividad al evitar el embarazo, así como una serie de beneficios para la salud.
Es importante que entre tus opciones anticonceptivas consideres sugerir a tus pacientes anticonceptivos orales con reconocimiento mundial, como por ejemplo la línea de Bayer que es el líde en anticoncepción oral con productos como Yazmin, la única píldora anticonceptiva con drospirenona, incluyendo algunos beneficios como la mejora del aspecto del cabello, la reducción de la secreción sebácea y ayuda a diminuir el acné en tus pacientes.
Como se sabe las nuevas presentaciones de anticonceptivos con microdosis generan menos efectos secundarios en tus pacientes, y el régimen de 28 pastillas mejora el apego y disminuye el olvido de la toma, sin embargo es necesario que consideres los padecimientos previos en el historial clínico de cada caso en específico, siguiendo los criterios de elegibilidad de la OMS, antes de elegir junto con tu paciente el método anticonceptivo ideal.
