Es bien sabido que decidirse por escoger la profesión médica, es una de las decisiones que más implica poseer una vocación de estudios y servicio extremadamente especial. No es algo nuevo el hecho de que en todas las profesiones, las personas deben de contar con un sin número de cualidades para llevar a cabo una buena práctica de su ejercicio. Pero es aun más en la Medicina, donde el profesional tiene que tener cualidades humanas y de comportamiento.
Si en ocasiones te has preguntado cómo ser un buen médico, aquí te daremos algunos consejos para convertirte en el favorito de tus pacientes:
- Tu primera preocupación debe ser la salud y el bienestar de sus pacientes.
- Deberás tratar a todos tus pacientes por igual, sin distinción de su procedencia, clase social, religión, creencias, estilo de vida. Siempre recuerda que tu objetivo es tratarlos no juzgarlos.
- Inspira confianza. La confidencialidad es la base de la relación médico-paciente. Lo que se dice en la consulta del médico no tiene que salir de allí.
- Por mucho que le tengas estima a un paciente recuerda nunca implicarte emocionalmente. Aunque debes ser empático, no debes dejar que tus emociones afecten al trabajo.
- No tengas miedo a decir “no sé”. Es mejor admitir la ignorancia ante algo que tomar una decisión que pueda perjudicar a tu paciente.
- Mantente siempre bien informado y preocúpate siempre por actualizarte siempre que aparezcan nuevos conocimientos en tu área.
Hace algunos años un estudio realizado por la Clínica Mayo a 192 pacientes enfocado a saber qué se busca en un médico, dio a conocer que lo más valorado por los enfermos es que tenga empatía, sea humano, tenga un trato personal, sea directo y respetuoso.
A continuación te explicaremos brevemente cómo puedes mejorar tu trato en dichas áreas:
Confianza: No te molestes ante las preguntas de los pacientes sobre la información médica adquirida de otras fuentes independientemente de su veracidad. Se accesible al paciente, familiares y colegas y guarda toda la información que te den. Recuerda que te están confiando plenamente su persona.
Empatía: Haz contacto visual con el paciente y los familiares. Interpreta correctamente las comunicaciones verbales y no verbales, reitera las inquietudes de tu paciente y habla en un tono de voz agradable y tranquilo. Recuerda que a muchos el sólo hecho de acudir a consulta les pone nerviosos.
Humanidad: Usa un contacto físico apropiado. Sé atento y muestra interés en estar el tiempo adecuado con el paciente a través de movimientos sin apuro. Haz preguntas personales al paciente sobre su vida, pero sin llegar a incomodar. Utiliza el humor apropiado y recuerda detalles de la vida del paciente conocidos en la visita anterior, puedes ayudarte de una libreta o de registros electrónicos.
Franqueza: No disfraces ni ocultes información. No uses términos médicos suponiendo que son lógicos. Recuerda que tu estudiaste 6 años de medicina y el no. Explica los pro y los contra del tratamiento. Solicita al paciente recapitular la conversación para asegurarse que ha comprendido.
Respeto: Escucha atentamente y no interrumpas cuando el paciente describa sus síntomas. Respeta el pudor del paciente durante la inspección médica.
Método: Brinda explicaciones detalladas e instrucciones escritas. Cita al paciente por períodos adecuados.