De acuerdo con una investigación sobre el uso de la homeopatía en el mundo, la cual fue publicada en el National Center of Biotechnology Information (NCBI), la prevalencia global de los tratamientos homeopáticos regulares entre la población general ronda entre el 1 y 5 por ciento; lo anterior acorde a los resultados obtenidos en 11 países de América, Asia, Europa y Oceanía.
Sin importar su falta de rigurosidad, la homeopatía y otro tipo de tratamientos alternativos cuentan con una base de pacientes que confía en sus resultados y podrían incluso a llegarlos a considerar mejores que los de la medicina profesional. Más allá de estas erróneas creencias, existe un enfoque particular de la homeopatía que tu consultorio puede aprender sobre la atención al paciente.
Una práctica común de la homeopatía es que la primera consulta entre un especialista y el paciente puede extenderse significativamente, pues se deben de entender los síntomas de la persona, las características de su personalidad, el estado físico y mental en el que se encuentra y su historia de vida para poder crear un medicamento efectivo para su enfermedad.
Este tipo de atención tan especializada en los pacientes muchas veces genera en ellos un sentimiento de comprensión y les da a entender que el especialista que los escucha tiene un genuino interés por su caso. Comparado con la industria médica tradicional, donde muchas veces las personas deben desfilar rápidamente para poder satisfacer la demanda, la homeopatía tiende a ser mucho más comedida con sus clientes.
Si dentro de tu consultorio atiendes a decenas de personas cada pocas horas o formas parte de un hospital con filas de espera de cientos de pacientes, recuerda que la medicina no solamente debería enfocarse a cuidar del estado de la salud física o mental de los individuos, sino también proporcionarle un sentido de protección y entendimiento a un nivel emocional. Fuera de los efectos placebo, estos son los resultados más importantes de la homeopatía.
Para tener un éxito similar al de los homeópatas, puedes realizar algunas sencillas acciones: decorar tus instalaciones para que luzcan más agradables, conversar con tus pacientes de temas más allá de la visita médica, pedirle a tus colaboradores ser amables y considerados con los clientes y extender un poco los espacios de tiempo que asignas a cada consulta para poder dedicarle a cada persona una atención más extensa, cuidadosa y humana.
