Generalmente cuando una empresa se plantea cambiar su estrategia de marca se olvida de uno de los aspectos más importantes: sus propias oficinas. Si tu consultorio médico verdaderamente desea potenciar el valor de su nombre en el exterior, es indispensable que trabajes en mejorar esta reputación desde tus propias instalaciones.
Si el objetivo de tu consultorio es atraer nuevos pacientes, ¿por qué debería interesarte un proyecto de marca interno?
Así como sucede en las relaciones interpersonales, cuando un paciente llega a tus instalaciones la primera impresión lo es todo. Además, si constantemente llegan personas a tu espacio (proveedores, representantes médicos, acompañantes, visitantes), bien puedes utilizar tu entorno para cimentar los esfuerzos que realizas en el exterior.
Primero deberías enfocarte en tu logo, la representación más concisa de tu marca. Asegúrate que este emblema esté presente en todas partes: folletos e infografías que haya diseñado tu equipo para la sala de espera, en las recetas médicas que escribas, en los uniformes de tus colaboradores y particularmente en la entrada del edificio y tu consultorio.
Los colores de tu consultorio también deben reflejar tu marca. Habla con el diseñador de tu logo para determinar qué tonalidades y texturas son las más representativas y utilízalas para decorar tus instalaciones. Para el sector médico, esta estrategia es fundamental aplicarla en la sala de espera, donde puedes tener un poco más de libertad creativa; contrario a las salas de consulta.
Tus muebles también sirven como elementos que representan a tu marca. Sillas, mesas, luces, escritorios, estantes, plantas decorativas, elementos de adorno y hasta el tipo de ventanas y persianas deben estar en sincronía con tu logo, la identidad de tu consultorio y su paleta de colores. Busca a un diseñador de interiores que te ayude a encontrar formas y materiales que complementen el resto de las instalaciones.
Finalmente, el acomodo de tus muebles puede ser un gran elemento para compartir el espíritu de tu marca. De nuevo, esto es especialmente importante en tu sala de espera, donde tendrás más libertad: ten grandes espacios vacíos y pocos elementos para algo más minimalista y sencillo, mientras que una habitación con algunas amenidades en grupo podría fomentar un ambiente familiar y incitar a pacientes que no se conozcan entre sí a pasar un rato agradable.
