La madrugada del domingo 12 de junio un hombre armado abrió fuego dentro de un bar gay en Orlando, Florida dejando al menos 50 muertos y otros 53 heridos, muchos de ellos de gravedad; sin embargo, éste no ha sido el único atentado en contra de la comunidad gay en esta ciudad, pues a pesar de la gran demanda que existe por donadores de sangre, las leyes que prevalecen en dicha nación han impedido que muchos hombres gay puedan ayudar.
Luego del atentado, muchos de los heridos fueron trasladados a diferentes instituciones médicas donde rápidamente se emitió la solicitud de donadores de sangre. Y si bien filas y filas de personas se han agolpado a las afueras de los nosocomios para ayudar, muchos de éstos han sido rechazados debido a una ley que impide a los hombres que mantienen sexo con otros otros donar sangre durante al menos un año después de su último encuentro sexual.
Cabe destacar que dicha política fue instaurada apenas en diciembre del año pasado, pues desde 1983 y hasta entonces la donación de sangre por parte de cualquier hombre homosexual estaba completamente prohibida debido a que el virus del Sida podía ser transmitido a través de la donación de sangre.
Si bien las nuevas medidas, mismas que ya han comenzado a ser aplicadas en otros países como Reino Unido, Brasil, Australia o Japón, han sido aplaudidas por muchos expertos en el ramo, existen otras voces que ven el cambio como algo tibio, pues consideran que limitar la donación de sangre de un grupo basándose únicamente en su orientación sexual no tiene bases científicas.
“Esta política previene que los hombres donen sangre que puede salvar vidas basándose únicamente en su orientación sexual y no en comportamientos riesgosos del donador”, señaló David Stacey, director de asuntos gubernamentales de la Campaña de Derechos Humanos.
Sea como sea, lo cierto es que en un país donde la homofobia sigue prevaleciendo, el impedir que los hombres gay donen podría terminar por aumentar el número de víctimas fatales de manera significativa.
