El estilo de los mexicanos para dirigir una empresa es muy distinto del que se usa en países desarrollados, pues, por lo regular, quien encabeza un equipo de trabajo tiende a exigir que las cosas se hagan como él lo haría, sin cuestionar y pidiendo lealtad incondicional; a esto lo llaman compromiso y, en caso contrario, lo califican de falta de profesionalismo.
No obstante, se calcula que uno de cada 5 empleados está frustrado, pues desean hacer cosas y no se les permite, y sólo poco más de la mitad se desempeña efectivamente ya que, habitualmente, los gerentes crean un clima laboral que desmotiva, así que si este panorama te suena familiar, quizás podrías ser un médico “cacique”.
Un estilo administrativo tradicional y poco efectivo se caracteriza por:
- Dirigir dando instrucciones.
- Supervisar estrechamente el trabajo.
- Amenazar a los colaboradores.
Ante tales actitudes, los procesos de planeación y de seguimiento resultan limitados, pues deben atender a las necesidades del “jefe”, lo que impide tener resultados óptimos.
En cambio, los líderes médicos ejemplares tienden a:
- Comunicar efectivamente las metas de la empresa.
- Establecer retos con riesgo moderado.
- Delegar responsabilidades adecuadas para cada colaborador.
- Proveer recursos y retroalimentación específica.
- Reconocer y recompensar el buen desempeño.
- Favorecer el desarrollo de sus empleados.
El médico emprendedor tiene la necesidad de preparase en el campo administrativo para asegurar el buen desempeño del consultorio, clínica u hospital y, por ello, resulta adecuado plantearse cómo está gestionando la productividad del personal.
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