Como bien sabes, el mimetismo es la capacidad que algunos seres vivos poseen para confundirse con su entorno a fin de obtener algún beneficio o alejar cierto peligro; sin embargo, existen personas que bien podríamos asegurar practican el mimetismo, pues emplean sus habilidades sociales para pasar desapercibidas.
Evitar la mirada y la atención de los demás equivale a buscar el anonimato, pero hay que recordar que si no existimos para los demás difícilmente podrán considerarnos expertos en salud y mucho menos buscarnos para solicitar nuestro servicio profesional.
Habrá quien argumente que no es médico “mimetista”, sino prudente, pero la gran diferencia entre ambos conceptos radica en que el primero representa una desventaja en términos de ventas de servicios, mientras el segundo es cualidad que permite al profesional de la salud actuar de modo reflexivo para reducir riesgos y prevenir daños en los negocios.
En este sentido, habría que destacar que la prudencia no frena la acción, la modula, mientras el mimetismo usa al miedo como estandarte, ya que el individuos se acobarda ante la toma de decisiones.
Dicho lo anterior, pregúntate si eres médico “mimetista” o médico prudente y responde de forma honesta, pues si posees o estás por abrir tu propio consultorio, clínica u hospital, no puedes permitirte tomar una actitud que te perjudique, tienes que hacerte notar y posicionar tu marca médica en la mente de las personas, de lo contrario, estarás destinando tu negocio al fracaso.
