La vida de un médico puede convertirse en una mezcla de emociones, principalmente cuando debe tratar con sus pacientes. Como bien lo sabes, existen muchos tipos de pacientes y con esto nos referimos a la personalidad de cada uno de ellos, algo con lo que muchos médicos deben tratar todos los días.
Para mantener esta comunicación médico-paciente por el buen camino, el profesional de la salud debe echar mano de otros recursos que van más allá de sus conocimientos y habilidades médicas, como por ejemplo las competencias sociales y emocionales.
Sigue leyendo y descubre de qué hablamos:
Desarrolla una escucha activa
- Se refiere a la capacidad de escuchar a los demás sin juzgar. Nunca interrumpas a tu paciente cuando hable, ni menosprecies lo que te platica. Evita decir frases como “no es para tanto”, pues tu interlocutor podría tomarlo a mal.
Empatiza
- ¿Tienes la capacidad de ponerte en el lugar de tus pacientes? Sin que te involucres demasiado con ellos, sólo trata de comprender las emociones de los demás. Para este tipo de ocasiones, puedes emplear frases como “Entiendo” o “Lo comprendo”.
Habilidades sociales
- Una relación médico-paciente puede ir mejor si tienes la capacidad de motivar y transmitir entusiasmo a tus pacientes aun en los momentos más difíciles.
Toma decisiones acertadas
- Significa que debes asumir la responsabilidad de tus propias decisiones en tu práctica médica, tomando en cuenta factores éticos, sociales y de seguridad.
Sé proactivo
- No esperes a que las cosas sucedan, toma la iniciativa para hacer mejoras en tu consultorio o prevén las consecuencias que tus acciones pueden ocasionar. Una persona proactiva siempre busca superarse y huye del fracaso.
Respeta a tus pacientes
- Nunca pierdas esta cualidad de aceptar y apreciar las diferencias de tus pacientes. Valóralos como personas y no como alguien más en tu lista de espera.
