Una vez que se ha concluido la carrera de medicina, existen dos formas de iniciar tu carrera profesional: pedir trabajo en alguna institución de salud o montar tu clínica o consultorio propio.
Si piensas que la segunda opción es la más atractiva, debes saber que el proceso de apertura de una empresa de salud no es algo fácil ya que podrías cometer algunos errores, sobre todo si no tienes mucha experiencia como emprendedor.
Estos son algunos errores más comunes que debes evitar para facilitar la apertura de tu empresa de salud:
Colocar tu empresa en el lugar incorrecto
El lugar donde vas a instalar tu clínica es muy importante y esta decisión puede depender de tu público objetivo. Por ejemplo, si tu meta es atender a pacientes con mayor poder adquisitivo, el lugar que elijas debe estar en un lugar acorde a tus expectativas, aunque debes tomar en cuenta que la renta del espacio también será elevada.
No calcular los costos de apertura y funcionamiento
Calcular los costos de apertura y funcionamiento es muy importante para establecer el valor de tus consultas. Para ello deberás revisar los costos fijos como por ejemplo: renta, pago del agua y electricidad, pago de nómina, etc. Una vez que tengas una estimación aproximada de cuánto podrías gastar al mes, podrás saber a cuántos pacientes tendrás que atender para llegar a esa meta.
No tomar en cuenta los requisitos legales
Antes de abrir tu empresa de salud, debes saber qué documentación necesitas. En este caso, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) es la institución encargada de ejercer las atribuciones de regulación, control y fomento sanitario en nuestro país. Si estás por abrir tu consultorio o clínica, o planeas hacerlo a corto o mediano plazo, es indispensable que estés al tanto de los lineamientos y requisitos que esta institución requiere para que un profesional de la salud pueda montar su empresa de salud.
No confiar en la tecnología
Para que la gestión de tu empresa sea eficiente, busca un software “todo en uno” que te permita administrar las citas con tus pacientes, facturar pagos y controlar los historiales médicos. De esta forma podrás realizar una gestión más integral, simplificar los procesos y mejorar tus servicios a los pacientes.
No protegerse con un seguro
Los médicos necesitan un seguro para protegerse de todo aquello que pueda pasar mal con sus pacientes. Asesórate con un especialista para que puedas hacerte con los servicios de una buena compañía de seguros. Cuida que el seguro de malas praxis te cubra por completo.