Las enfermedades cardiovasculares son las responsables de miles de muertes alrededor del mundo, rebasando incluso a los decesos causados por el cáncer.
Este es el motivo por el cual cientos de científicos se encuentran ocupados en la manera de diagnosticar estos padecimientos de forma oportuna.
“No siempre un ataque cardiaco presenta síntomas externos y puede pasar algo de tiempo para confirmarlo, lapso en el cual se pueden perder minutos de oro para evitar un desenlace fatal”, dijeron investigadores de la Universidad de Manchester, quienes señalaron que al ocurrir un ataque al corazón, miles de químicos se liberan en la sangre en cantidades muy elevadas. “La clave para un diagnóstico oportuno podría encontrarse en la sangre”, dijeron.
Por tal motivo, los científicos dirigidos por el doctor David J. Lewis, decidieron desarrollar un nanosensor que podría ayudar a mejorar los índices de supervivencia de los pacientes, alertando a los médicos si ha ocurrido un ataque al corazón o si hay probabilidades de que ocurra uno.
Los expertos llevan trabajando en este dispositivo desde 2014 constituido por “pocas capas de fósforo negro”, un material en 2D que se revistió en ADN.
“Este ADN inmovilizado se une a la mioglobina, sustancia que eleva su cantidad después de un ataque cardiaco, por lo tanto, ahora es posible medir esas cantidades con una sencilla prueba eléctrica.
Para David Lewis, este avance podría trascender más allá de los círculos académicos. “Este nanosensor podría ser introducido en la práctica clínica para mejorar las tasas de supervivencia de los pacientes después de haber tendido un ataque. Incluso con el tiempo, podría ser utilizada por el paciente desde su hogar ya que no requerirá el uso de laboratorios que puedan atrasar el diagnóstico”, dijo el experto.