En diciembre de 2015 la FDA eliminó una prohibición de 30 años en la que se señalaba que las personas homosexuales no podían donar sangre al argumentar que la ciencia demostró que una prohibición indefinida no era necesaria para evitar el contagio del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), dejando la restricción en un periodo de un año a partir del último contacto sexual de tipo homosexual.
Recientemente la FDA señaló la posibilidad de realizar más cambios en sus recomendaciones de aplazamiento, esto como resultado de la presión que han ejercicio diferentes asociaciones defensoras de los derechos de la comunidad homosexual, las cuales han mencionado que las recomendaciones de la agencia deben ir más allá para estudiar las evaluaciones de riesgo individuales, con lo cual se podría analizar si una persona ha estado en una relación monógama está en condiciones de donar sangre.
La FDA informó que estará al pendiente de todos los comentarios, siempre y cuando estén respaldados por evidencia científica. Mientras tanto, seguirá evaluando y actualizando las políticas de aplazamiento de donantes de sangre a medida que haya nueva información científica disponible.
Cabe destacar que las más recientes modificaciones fueron realizadas después de que miembros de la Cámara de Representantes, liderados por el demócrata Mike Quigley, vicepresidente del Congreso de Igualdad LGBT, mandaran un comunicado al comisionado de la FDA, Robert Califf para que ponga punto final a la política actual bajo el argumento de que ésta, discrimina a las personas homosexuales.
Al respecto, Quigley dijo sentirse alentado por el anuncio de la FDA y la posibilidad de eliminar la ley que impide a la comunidad gay donar sangre.
“La tragedia en el club nocturno en Orlando puso de manifiesto la discriminación que enfrentan las personas gay y bisexuales cuando se trata de donar sangre a la gente que más lo necesita. Avanzar hacia una evaluación del riesgo individual nos daría una política justa, equitativa, no discriminatoria en la donación de sangre. Esta decisión estaría basada en la ciencia con la cual todos los ciudadanos estadounidenses saludables podrían donar sangre de forma segura”.
