La actual emergencia sanitaria ha dejado varias lecciones y una de las mayores es el papel de la industria farmacéutica. Gracias a la suma de investigaciones y grandes cantidades de dinero se logró desarrollar una vacuna contra la Covid-19 en tiempo récord. Antes de que se cumpliera un año del primer contagio detectado ya se contaba con un biológico para evitar cuadros graves de la enfermedad. Se trata de un hecho sorprendente que nunca antes se había observado.
De esta manera, a finales de 2020 se aplicaron las primeras dosis de inmunización en el mundo. Primero fue la opción diseñada por Pfizer y después se han sumado otras que tienen algunas diferencias como la eficacia aunque al final todas funcionan por igual. Lo más importante es que disminuyen de manera considerable la probabilidad de fallecer por esta nueva enfermedad.
En la actualidad existen alrededor de dos docenas de opciones de vacuna contra la Covid-19 disponibles en el mundo. En todos los casos tuvieron que superar todas las etapas de ensayos clínicos para demostrar su correcto funcionamiento. Algunas tuvieron algunos problemas durante su desarrollo pero al final se han posicionado como alternativas para frenar la pandemia.
¿Cuántas dosis se han fabricado en el mundo?
En ese sentido, el 2021 fue un año clave porque se observó un aumento exponencial con respecto a la fabricación de dosis del biológico. Según los datos de Airfinity publicados por la Organización de Innovación en Biotecnología (BIO), la Red de Fabricantes de Vacunas de los Países en Desarrollo (DCVMN) y la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones de Productos Farmacéuticos (IFPMA), se produjeron poco más de 11 mil millones de dosis durante todo el año.
Lo anterior ha sido necesario para cumplir con las necesidades de la población mundial. Mientras que si la producción continúa al ritmo actual, se podría producir un total de 19.8 mil millones de dosis de la vacuna contra la Covid-19 para finales del primer semestre de 2022. Esta cifra equivale a 2.5 dosis por cada persona en el mundo.
Teniendo en cuenta estos números, ahora lo más importante es pensar en la distribución mundial de insumos para reducir la desigualdad de oportunidades. Mientras algunas naciones como Israel ya comenzaron la aplicación de la cuarta dosis entre sus habitantes, hay otras como la mayoría de África que no han recibido ni siquiera la primera.
