Se estima que una persona promedio posee alrededor de 86 mil millones de neuronas. Con ellas, puede realizar más de 150 billones de sinapsis, indispensables para el funcionamiento. A pesar de su tamaño, la capacidad de memorización del cerebro es limitada. Por ello, un grupo de científicos propone que los humanos ganaron la habilidad de deshacerse de sus recuerdos para sobrevivir.
La investigación, publicada en Nature Communications, propone que los seres humanos eliminan recuerdos que distraen o son inservibles. Michael Anderson, académico de la Universidad de Cambridge, apunta que los contenidos que rondan en la cabeza compiten uno contra otro. Por esta razón, el ejercicio de recuperar memorias juega un papel indispensable al olvidar.
El acto de recordar es la principal razón por la que olvidamos, pues forjamos nuestra mente conforme la vamos usando. Las personas creen que olvidar es un proceso pasivo. Nuestra investigación muestra que están más involucradas de lo que creen al construir los recuerdos de su vida […]. Esto nos dice mucho de la capacidad del ser humano para la amnesia selectiva.
Anderson apuntó que la amnesia selectiva es indispensable para hacer más eficiente el uso de la memoria. Sin embargo, esta habilidad para desechar recuerdos también puede ser problemática. Como ejemplo, citó un teórico interrogatorio policial. Si un testigo es cuestionado por un detalle una y otra vez, podría terminar por olvidar otros elementos porque “interrumpen” el proceso.
Eliminar recuerdos no es una característica exclusivamente humana
Si bien se trata de una habilidad destacada, está lejos de ser exclusiva de los seres humanos. Anderson señaló que, en experimentos con ratas, se observaron sistemas similares. No solo eso, sino que parecen ocurrir en la misma área cerebral y de la misma forma. Su equipo sugiere que esto es una prueba de que la eliminación de recuerdos podría ser algo común entre mamíferos.
Se colocó a las ratas en un espacio con dos objetos, A y B, para que los exploraran. Luego, se les puso en espacios con el objeto A y un objeto nuevo. Tras una serie de repeticiones, se les presentó con el objeto B y uno nuevo. Mientras que antes las ratas prefirieron revisar el objeto nuevo al A (porque ya lo conocían), en esta prueba mostraron igual interés en el B, indicando que habían eliminado selectivamente sus recuerdos.
El próximo paso de equipo será examinar la mecánica de los recuerdos a nivel celular y molecular.