Desde el inicio de su mandato, Andrés Manuel López Obrador ha sido claro al señalar que no permitirá actos de corrupción. Se trata de acciones indebidas que afectan a organizaciones completas y eso se ha reportado dentro del sector salud. El caso más reciente ocurrió dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y muestra el presunto tráfico de influencias.
Todo se generó a partir de una investigación realizada por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Fue así que se observó que entre el 2015 y 2018 la farmacéutica Marzam obtuvo generosos contratos con IMSS. Derivado de esto fue que el gobierno adquirió medicamentos por un monto de 526 millones de pesos a la compañía.
El punto interesante es que el dueño de la farmacéutica es Luis Doporto Alejandre. A su vez, se trata del hijo de Héctor Doporto Ramírez, integrante del Consejo Técnico del IMSS. Esto hace suponer que existieron acciones indebidas respecto a las licitaciones y entrega de contratos.
La investigación periodística señala que el propio Consejo Técnico del IMSS fue el encargado de otorgar los contratos a Marzam. A partir de los nexos familiares es que se presume que existieron actos de corrupción que ahora se investigan.
Por su parte, pese a las acusaciones, el IMSS ha evitado realizar declaraciones. Pese a que ahora se encuentra un nuevo director general al frente, este tipo de acciones deben ser analizadas a fondo.
