Dentro de los múltiples beneficios que representa la lactancia natural para la salud de los bebés, ahora se añade un nuevo motivo, toda vez que un grupo de investigadores de la Universidad de California de Los Angeles (UCLA) descubrió que al hacerlo se ayuda a fortalecer el vientre del recién nacido gracias a que la leche contiene bacterias que son benéficas para su sistema digestivo.
El estudio, publicado en la revista especializada Journal of the American Medical Association, fue realizado a 107 parejas de madres lactantes con sus respectivos bebés y demostró que 30 por ciento de las bacterias protectoras provienen de la leche materna y ayudan al desarrollo del tracto intestinal de la criatura; además, también se determinó que 10 por ciento de las bacterias provienen de la piel del seno de la madre.
La leche materna es un líquido increíble que, a través de millones de años de evolución, también ha logrado evolucionar para hacer que los bebés sean sanos, en particular sus sistemas inmunitarios”, explicó Grace Aldrovandi, jefa de enfermedades infecciosas en el Hospital Pediátrico Mattel de la UCLA y una de las autoras de la investigación.
Por otra parte, la investigadora estadounidense también compartió que los bebés que continúan siendo amamantados de forma natural, incluso después de haber comenzado a comer alimentos sólidos, siguen beneficiándose porque las bacterias les ayudan a tener una mejor digestión.
Nuestra investigación identifica un nuevo mecanismo que contribuye a que los bebés sean más fuertes y más sanos.
