La reforma sanitaria de Donald Trump supondría que 24 millones de personas se quedarían sin seguro médico, pues el plan reduce las prestaciones sanitarias a cambio de un ahorro de 337 mil millones de dólares en 10 años.
Se trata de una caída masiva de asegurados que deja a un lado la cobertura universal que había garantizado y defendido el sistema del expresidente Barack Obama.
Los demócratas se muestran unidos en la defensa del sistema creado por el expresidente y algunos republicanos moderados se han manifestado en contra, tratando de crear un bloqueo para esta ley lo que podría dar lugar a la primera crisis parlamentaria desde que Trump llegó a la presidencia.
Si los conservadores eliminan la obligación de tener seguro médico, congelarán el desarrollo del programa Medicad y eliminarían el sistema impositivo que permitió que 20 millones de nuevos asegurados se beneficiaran y favorecerían las degravaciones fiscales de acuerdo a la edad y la compra en el libre mercado de pólizas.
Desde que se anunció la medida, asociaciones médicas han advertido que la política de Trump desfavorecerá la atención sanitaria y abandonará a otras 28 millones de personas que todavía carecen de la cobertura sanitaria.
“La cobertura médica será más cara o totalmente inasequible para los más pobres. Es un proyecto que reduce la atención a los más vulnerables”, afirmó en un comunicado la Asociación Americana de Hospitales.
El objetivo de esta nueva reforma sanitaria no es llegar a más personas sino ser efectivo en cuanto a prestaciones. La Oficina Presupuestaria también ha dado su argumento y lo que realmente desea es: “reducir el déficit fiscal”.