Durante el foro “Maternidad Subrogada, Explotación de Mujeres con Fines Reproductivos” efectuado en el Palacio Legislativo de San Lázaro en la Ciudad de México, legisladores y especialistas en materia analizaron los riesgos que conlleva esta práctica a fin de regularla, o bien, prohibirla en el país.
En el evento se advirtió que la industria de los vientres alquilados ve a las madres como “fábricas” y a los niños como “mercancías”. En particular, la catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Irene López Faugier, señaló que la mayoría de quienes rentan sus vientres son pobres, por lo que hay quienes se aprovechan de su situación.
No obstante, la senadora con licencia Mely Romero Celis mencionó que ya se aprobó un dictamen que permitiría la maternidad subrogada siempre que quien la solicie sea incapaz de tener hijos y no persiga fines de lucro.
A decir de la periodista investigadora sueca, Kajsa Ekis Ekman, es difícil determinar si realmente se pagado o no, por lo que ve en la maternidad subrogada a la “hermana menor de la prostitución”, asimismo, enfatizó que ésta conlleva riesgos físicos al implantar s más de un embrión para garantizar éxito del procedimiento, así como efectos psicológicos negativos por tener que entregar al bebé.
Por su parte, López Faugier mencionó que las modalidades que se admiten en los estados mexicanos de Querétaro, Sinaloa y Tabasco son indebidas y sus reglamentos inconstitucionales. En la primera de estas entidades, por ejemplo, se aprobó donar embriones sobrantes de procesos in vitro a mujeres solteras.
Aunque en México no existen cifras sobre las ganancias de este mercado, se calcula que en India se obtienen 2.3 millones de dólares cada año, afirmó Ekis Ekman.
Al respecto, cabe destacar que éste es el método en el que más invierten los estadounidenses para combatir la infertilidad, pues a partir de 2015 se calculó un gasto entre los 50 mil y 100 mil dólares frente a, por ejemplo, la fertilización in vitro que alcanza alrededor de los 12 mil dólares.
