Para Mary Clancey, hacer dieta durante más de 15 años había sido tiempo perdido: estaba resignada a tener un vientre enorme.
Sin embargo, el hijo de esta mujer de 71 años de edad, originaria de Pensilvania, Estados Unidos, al notar que la salud de su madre estaba cada vez más deteriorada, la convenció de ir al médico.
Pero vaya sorpresa con la que se encontraron los médicos después de realizarle varios estudios: Clancey tenía un tumor en uno de sus ovarios de más de 60 kilos, por lo que decidieron operarla de emergencia.
En noviembre del año pasado, los especialistas del Lehigh Valley Health Network, extirparon la masa cancerosa de etapa 1 en una intervención que duró cinco horas. “Mary entró al hospital pesando 165 kilos, al salir del quirófano su peso rondaba los 81 kilos. Entre el tumor y parte del tejido extraído, la mujer dejó prácticamente la mitad de su peso”, declararon los médicos.
Mary Clancey contó a medios locales que años atrás, cuando comenzó a subir de peso, los médicos que la trataban sólo le indicaban que cuidara loo que comía. “No importaba cuanto me esforzara para bajar de peso, estaba destinada a ser una anciana redonda”.
El tumor en realidad no me causaba dolor, sólo me hacía sentir incómoda. Para cuando fui al hospital, antes de la cirugía, ya tenía dificultades para caminar o estar de pie.
En tanto, Richard Boulay, el médico que realizó la operación a la mujer de 71 años, aseguró que el tumor era tan grande que no cabía en la imagen captada en una tomografía. “Ella no lo sabía, pero el tumor la estaba matando lentamente. Durante la cirugía, tuvimos que colocar otra mesa junto a donde estaba acostada Clancey para que pudiéramos extraer la masa sin que se rompiera”, dijo el cirujano al diario The Morning Call.
Básicamente el tumor estaba compuesto por agua, era resbaloso y desagradable. Ahora Mary se está recuperando y no necesita más tratamientos ya que el tumor no es canceroso.
Imagen: YouTube/Lehigh Valley Health Network
