Durante años los médicos han utilizado listas de verificación para proporcionar una atención médica adecuada sin olvidar nada, desde el momento del diagnóstico hasta para la preparación de una cirugía. Sin embargo, los expertos aseguran que esta táctica podría también utilizarse para mejorar el cuidado emocional de los pacientes y su conexión con ellos.
Es bien sabido que los médicos todo el día andan de arriba para abajo y con mil cosas en la cabeza, esto puede ser un factor para olvidar ciertas puntos que aunque parecen mínimos e insignificantes pueden mejorar la comunicación médico-paciente.
Para probar qué tan efectivo resultaba guiarse por listas Hawaii Pacific Health realizó una investigación en 2016 para analizar cuánto se mejoraba la confianza y el bienestar emocional.
A partir de una plantilla, los médicos identificaron los elementos que ya practicaban, y luego tuvieron que elegir dos más de la lista de verificación para agregar a los suyos. Estos iban desde limpiar sus mentes de distracciones para estar presentes, hasta escuchar al paciente durante varios minutos sin interrumpir. El resultado de este cambio en la práctica fue una mejora de más del 20 por ciento en el puntaje de comunicación de un médico dentro del año de implementación.
Aunque quizá sea algo ya rutinario que por lo mismo a veces olvidas dirigirse amablemente al paciente puede crear una atmósfera de comunicación clara. Muchas veces por la carga de trabajo se va directo al punto sin olvidar que antes que nada el paciente es una persona con sentimientos y emociones.
Pese a que puede parecer un detalle superficial mirarse en un espejo y arreglarse para verse lo mejor posible ante un nuevo paciente es importante, ya que ninguna persona querrá ver a un médico demacrado o con cara de enojado porque le inspirará desconfianza. Para no olvidar esto puedes tener un pequeño espejo frente a ti que te lo recuerde.
Si eres de los que constantemente utiliza terminología médica para explicar diagnósticos y por lo mismo debe repetir en palabras ‘fáciles’ cuando el paciente no entiende, utilizar una lista en la que incluyas mantenerte alejado de esa jerga te ayudará a no perder tiempo y a reducir los sentimientos de distancia entre el médico y el paciente.
Crear listas mentales o escritas también podría estandarizar tus prácticas y ayudarte a evitar errores, verificando una secuencia lógica y confirmando que ya se realizó – o no- alguna tarea o punto. Aunque quizá se piense como un obstáculo porque suena administrativo, realizarlas facilitará tu día y hará que la atención que brindes sea la mejor.
Aquí te damos otros beneficios que se generan al realizar una lista:
- Te ayuda a organizar tus pensamientos.
- Aumenta tu productividad.
- Facilita la planificación.
- Te permite monitorizar tu rendimiento y tus avances.
- Tienes el control para decidir qué quieres hacer en ese mismo momento y qué vas a posponer voluntariamente.
- Reduces la sensación de descontrol y dejas atrás la fase de “no sé qué hacer y acabo por no hacer nada”.
- Te permite liberar tu carga mental.
- Disminuye el estrés y mantiene a raya la ansiedad.
- Te permite focalizar tu atención en una tarea determinada.
- Evitas repetir tareas o hacerlas en el orden inadecuado.
- Disminuye el riesgo de olvidar cosas importantes.
- Evitas dedicarte a actividades triviales.
- Te sirve de recordatorio de las cosas realmente importantes para ti.
- Cada tarea anotada pone en marcha tu subconsciente para alcanzar esa meta.
- Te ofrecen flexibilidad (ninguna lista de tareas está grabada a fuego, puedes modificarla y adaptarla a tus necesidades las veces que haga falta).
- Tachar elementos de tu lista aumenta tu satisfacción y tu motivación para seguir adelante.
