Una investigación de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, reveló que uno de cada ocho pilotos podría estar volando por todo el mundo con síntomas de depresión.
Entre las razones, según los expertos, podrían encontrarse su temor a estar en tierra o perder sus empleos.
Los resultados publicados en la revista Environmental Health señalan que de mil 850 pilotos de más de 50 países incluidos en el estudio, 14 por ciento presentaba síntomas de depresión en la semana anterior a la encuesta. Uno de los datos más estremecedores es que un 4 por ciento reconoció haber tendido pensamientos suicidas en las dos semanas previas al estudio.
Los investigadores mencionaron que el trabajo ofrece una de las primeras instantáneas de la salud mental de los pilotos comerciales, quienes por lo general no aceptan este tipo de problemas a los responsables de las aerolíneas o ante las agencias reguladoras por miedo a represalias profesionales.
Hasta cierto punto es entendible que los pilotos se muestren reacios a informar de todos sus problemas de salud mental por miedo a ser señalados como no aptos para volar”, dijo Joseph Allen, investigador principal del estudio.
El experto opinó que con aproximadamente 140 mil pilotos activos volando por todo el mundo aviones con más de 3 mil millones de pasajeros al año, los resultados del presente trabajo deberían ser tomados en cuenta para sensibilizar a la industria aérea para perfeccionar la detección y tratamiento de la salud mental de los pilotos.
Los resultados de la investigación fueron presentados años y medio después de que un piloto de Germanwings con depresión estrellara un avión en los Alpes franceses, matando a 150 personas.
Una buena parte de los pilotos con depresión dijeron haber experimentado casi todos los días cuenta pérdida de interés, sensación de fracaso o haber pensado que estarían mejor muertos.
A pesar de las evidencias, los autores de la investigación reconocieron que ésta tiene una limitante, y es que no incluye datos del historial médico de los encuestados para corroborar los síntomas que apuntaban sus respuestas.
