El trato médico es clave en el éxito de la gestión de tu consultorio; sin embargo, no se sabe cuándo llegarán pacientes difíciles ni de qué tipo serán, de modo que lo único que se puedes hacer es prepararse y preparar al equipo de colaboradores para tratar con ellos.
La tipología del paciente difícil es extensa, pero cuando hablamos de pacientes agresivos conviene tener presente lo siguiente:
Permanece siempre estable
Se requiere preparación para hacerlo sin importar las emociones negativas que se puedan sentir, así que el primer paso es estar consciente de esta necesidad. Al principio costará trabajo hacerlo, pero con el tiempo será más sencillo.
Escucha
Emociones fuertes suelen limitar nuestra capacidad para asimilar información. No te enfades tú también, lo que se necesita es aceptar el derecho del paciente a sentirse molesto en tanto tú te relajas mientras escucha de sus quejas. Toma en cuenta que tras aflorar emociones negativas fuertes los individuos tiendes a experimentar emociones neutras e, incluso, positivas.
Evita pronunciarte sobre sus planteamientos
En momentos de ira, todo lo que digas “será usado en tu contra”. Muestra interés en lo que dice tu paciente, pero no te pronuncies al respecto.
Reconoce tus errores
Aceptarlos puede desactivar inmediatamente la actitud negativa del paciente.
Busca una reconducción por objetivos
Replantea la discusión y céntrate en el objetivo del trato médico-paciente: la salud de éste último.
Muestra lo que sientes
Recuperada la calma, expresa a tu paciente tus sentimientos. Con base en cómo reaccione notarás la capacidad que tienes de influir en su conducta y posiblemente reduzcas el riesgo de futuros inconvenientes ente ambos.
Si esta situación se repite continuamente, conviene expresarle al paciente que tanto tú como tu equipo de colaboradores están acostumbrados a llevar trato amigable con los usuarios de tu servicio, de modo que si considera que lo que ofreces no es adecuado para él, comprenderás que busque a otro médico para hacerse cargo de su salud.