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¿Pacientes problemáticos? aprende a controlarlos

De vez en cuando llegarán a tu consultorio pacientes que son todo un dolor de cabeza, no sufras y aprende a controlarlos.
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reclamaciones médicas

Seguro que de vez en cuando debes lidiar con pacientes problemáticos, ya sabes, ese tipo de personas que nunca están conformes con el tratamiento que les das, que la consulta les parece muy cara, que nunca agradecen el servicio y las atenciones que les brindas. ¡Ningún médico quiere enfrentarse a ese tipo de pacientes!

Ten calma

Este tipo de consultas suelen ser desastrosas y es posible que gracias a tu experiencia, hayas a prendido a identificar a kilómetros de distancia a los pacientes conflictivos, por lo que cada vez que hacen acto de presencia en tu consultorio, debes armarte de mucha paciencia.

Para evitar este tipo de situaciones, lee los siguientes consejos para que aprendas a no perder la cabeza:

Escúchalo

Deja que el paciente diga todo lo que tenga que decir, así te darás una idea de cuáles son sus intenciones y sabrás si puedes cubrir sus expectativas.  Si durante la primera parte del a consulta el paciente se muestra hostil, saber escucharlo podría cambiar su comportamiento pues le estarás mandando un mensaje de que realmente estás interesado en sus problemas.

Sé claro con las reglas del juego

Es importante que durante la primera entrevista, y dependiendo del problema, dejes en claro al paciente acerca de las cosas que puedes hacer y de las que no. Infórmale que harás todo lo posible para satisfacer sus necesidades y evita malentendidos.

Agrega un poco de empatía

Aunque se trate de un paciente conflictivo, trata de modificar su comportamiento con algo de amabilidad de tu parte. Posiblemente tuvo malas experiencias en otro consultorio y ahora trata de descargar su enojo contigo.

No pierdas los estribos

Si el paciente no llegará a estar contento con el tratamiento o con los resultados obtenidos y decide insultarte verbalmente, no pierdas la calma y limítate a escucharlo. Cuando sea tu turno para hablar, trata de hazlo con un tono de voz suave y relajado. Menciona con respeto que entiendes su situación y procura llegar a un punto de acuerdo con tu paciente.

Da marcha atrás

Si a pesar de los intentos que hiciste para llevar a buen término el problema las cosas no van bien, es hora de informar que no puedes hacer nada por él y deséale buena suerte.

Existen muchas clases de pacientes y los problemáticos pueden sentirse como una piedrita en el zapato. No te preocupes y sigue trabajando tranquilo.

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