La resistencia a los antibióticos por parte de las bacterias podría convertirse en “una amenaza aún mayor que el cáncer para la humanidad” si no “tomamos acción global”, alertó el Ministro de Finanzas británico, George Osborne, durante una reunión del Fondo Monetario Internacional efectuada en la capital de Estados Unidos.
“No es sólo un problema de salud, es también un problema económico. El costo de no hacer nada, tanto en términos de vidas perdidas como de dinero perdido, es demasiado grande, y el mundo necesita unirse para acordar un enfoque común “, señaló.
Ante un panel de expertos en finanzas reunidos en Washington, Osborne aclaró que 10 millones de personas podrían morir anualmente a nivel global en 2050 por esta causa, lo cual demanda una acción radical.
Asimismo, advirtió que el fenómeno tendría efectos económicos negativos, como la reducción del PIB mundial en un 3.5 por ciento, cifra equivalente a 100 mil millones de dólares, por lo que instó a los gobiernos a cambiar los incentivos para la industria farmacéutica y crear nuevos sistemas de recompensa financiados a nivel mundial para fomentar el desarrollo de antibióticos novedosos que también sean accesibles a los países en desarrollo.
Por su parte, Dame Sally Davies, director del Chief Medical Officer for England, ha advertido sobre el riesgo de enfrentar un “escenario apocalíptico” en las próximas décadas, en las que las personas mueren por infecciones rutinarias derivadas de cirugías simples “porque nos hemos quedado sin antibióticos“.
Un estudio encargado por el economista Jim O’Neill en 2014, ahora Ministro de Hacienda, reveló que la resistencia a los antibióticos se convertiría en el asesino más grande del mundo en el año 2050, a menos que se desarrolle una nueva generación de este tipo de medicamentos que sea eficaz.
Por ello, Osborne tomará como base una propuesta de O’Neill para crear “premios de entrada al mercado” que se pagarán a las farmacéuticas que logren desarrollar y lanzar a la venta un nuevo antibiótico.
