La gente ya tiene suficiente con estar enferma como para que un profesional de la salud no sea capaz de ofrecer un trato respetable y empático. Con esto queremos decir que la relación médico paciente es la base que puede darte la distinción que tanto buscas.
Cuida lo que comunicas
La comunicación verbal, tus movimientos corporales, tu actitud y todo lo que expresas con tu cuerpo son factores determinantes para que una persona decida quedarse contigo o emprender la huída para buscar otra mejor opción. Por lo tanto debes ser capaz de detectar las necesidades de tus pacientes y comunicarte con ellos de manera clara y oportuna.
Lee las siguientes recomendaciones para que evites caer en la clásica pose del médico malcarado.
- Antes de hablar, piensa lo que dirás. Esto aplica tanto a la hora de recibir al paciente en tu consultorio como si debes dar una noticia. Antes de pronunciar una palabra, analiza lo que vas a decir sin que se trate de algo complejo para que puedas recordarlo a la hora de abordar a tu paciente. Siempre hay otras opciones para expresar las ideas.
- Aprende a escuchar. La consulta no consiste en que sólo tú hables mientras tu paciente escucha y acata todas las órdenes que le das. Una consulta médica efectiva es aquella en la que realizas preguntas sobre aquello que le preocupa a la persona y das oportunidad a que éste se exprese con libertad. Mientras el paciente habla, procura hacer lo siguiente:
- Escucha con detenimiento lo que dice y pon atención a su comunicación verbal y corporal.
- Repite lo que tu paciente ha dicho para que entiendas lo que le preocupa.
Preocúpate por sus necesidades. A muchos pacientes no les gusta ir al médico porque se sienten como bichos raros en el consultorio. No olvides que tus pacientes son seres humanos y debes tratarlos como tal, por lo tanto, no cuestiones sus creencias o sus temores, estés o no de acuerdo. - Emplea un vocabulario entendible. Los términos médicos y los tecnicismos déjalos cuando estés hablando con tus colegas. Con tus pacientes es preferible que utilices un lenguaje sencillo y coloquial para evitar cualquier confusión al momento de explicar en qué consiste su padecimiento y al prescribir el tratamiento.
- Educa a tu paciente. Muchas personas abandonan el tratamiento porque el médico nunca supo explicar en qué consistía. Cuida que al proporcionar la información a tu paciente, ésta sea entendible, verdadera y completa. Aclara en qué consiste el tratamiento y cuáles deberían ser los resultados esperados. Si sabes de un tratamiento alternativo, infórmaselo a tu paciente.
- Comprueba que tu paciente haya entendido. Una vez que mencionaste cuál es la causa del padecimiento, cuál es el tratamiento, entre otras recomendaciones médicas, cuida que el paciente haya entendido todas tus indicaciones. Si algo no quedó claro, corrígelo de inmediato.
Aplica estos consejos y recibe a tus pacientes con una sonrisa en el rostro.
