El titular de la Secretaría de Salud de Colima, Carlos Salazar Silva, informó que la dependencia a su cargo presenta un déficit de 550 millones de pesos como consecuencia de los malos manejos de la pasada administración. Asimismo, denunció que existe equipo médico obsoleto y falta equipamiento que estaba operando, mismo que fue sustraído para venderlo como chatarra, además de que se detectó el pago de mantenimiento de aires acondicionados que no funcionan.
Al comparecer ante diputados locales para ampliar el Primer Informe de Labores del gobernador priísta Ignacio Peralta Sánchez, explicó que al iniciar sus labores había un desorden administrativo que facilitó diversas irregularidades, como deudas acumuladas con proveedores desde 2010 hasta 2015 y demandas laborales:
Traemos un déficit económico porque no se establecieron las previsiones económicas correspondientes […] Hay demandas laborales que no tenían sustento, pero a esas demandas no se les dio seguimiento adecuado y los demandantes sabían cómo estaba el desorden y favoreció que se diera el procedimiento favorable para ellos.
Entre las irregularidades detectadas, destacó que encontraron compras con sobreprecio en el entendido de que se pagarían en el largo plazo, sin embargo, para evitar que el sistema colapsara dieron de baja las cuentas, ya que sólo se podía pagar o comprar medicinas.
Por otra parte, informó que se canceló la licitación internacional para equipar al Hospital Materno Infantil por 86 millones de pesos, ya que ésta solo hubiera permitido adquirir el 70 por ciento de lo necesario con un sobreprecio del 250–300 por ciento del costo real en el mercado.
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