En un accidente casero ocurrido el 29 de julio pasado, la secretaria de salud de San Luis Potosí, Mónica Liliana Rangel Martínez, se disparó en el pecho con un arma conocida como “pluma pistola”, calibre 22.
La funcionaria fue internada en el hospital de Axtla de Terrazas (de donde es originaria) y luego trasladada vía aérea a la capital del estado, al Hospital Central “Ignacio Morones Prieto”.
Por fortuna, la bala no dañó ningún órgano vital y la secretaria tuvo oportunidad de asegurar en sus redes sociales que “fue un accidente casero” y “no es nada de peligro”.
Sin embargo, aunque el Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Xavier Azuara Zúñiga, deseó que la funcionaria tenga pronta recuperación, señaló que la Procuraduría General de la República (PGR) debe investigar este asunto, pues no puede ser catalogado como accidente doméstico dado que está involucrado un artefacto prohibido por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Azuara señaló que el gobierno está obligado a cumplir y hacer cumplir la ley a fin de fomenta la cultura de la legalidad y, por tanto, “a la par de la indagatoria que realice la Procuraduría General de Justicia del Estado, también debe intervenir la PGR”.
Detalló que aunque la Constitución otorga el derecho a poseer un arma de fuego en el domicilio de los mexicanos para su defensa, la “pluma pistola” no forma parte de las permitidas y tampoco puede ser portada por un miembro de las corporaciones policiacas por no ser un arma de cargo legítima y carecer de registro de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), de modo que “no puede haber impunidad, o trato preferencial”, señaló.
El peligro de las armas de fuego…
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes a nivel global cuestan miles de millones de dólares asociados con “cirugía, gastos de hospitalización y rehabilitación de las víctimas, además de la pérdida de productividad de los afectados que, en muchos casos, son cabeza de familia”.
En 2008 la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas informó que durante la Novena Conferencia Mundial sobre Prevención de Lesiones y Promoción de la Seguridad se estimó que diariamente había unos mil decesos globales por arma de fuego, de los cuales 560 eran por homicidios, 250 producto de guerras o conflictos armados, 140 suicidios y 50 por muerte accidental.
Aunque es natural que estas estimaciones varíen con el tiempo, se sabe de factores que regularmente favorece la presencia de accidentes con arma de fuego, los cuales incluyen el hecho de que más de la mitad de las personas que las poseen las guarden cargadas y listas para usarse en cualquier momento.
Al respecto, cabe destacar que en Estados Unidos, por ejemplo, donde el uso de estas armas es permitido en la mayoría de los estados, existe elevada cantidad de visitas a los servicios de emergencias por lesiones con tales artefactos, como lo ilustra esta gráfica de Statista en la que se infiere que hay poco control en este sentido, pues las lesiones se cuentan por miles desde 2006, cuando hubo 83 mil 600 visitas, mientras que en 2007 la cifra bajó a 81 mil 900 y nuevamente se incremento al año siguiente, con 85 mil 300 lesiones para caer en 2009 a 76 mil 100.
Ya sea por enfrentamientos en actos violentos o accidentes, las armas de fuego representan un problema social y de salud pues, en México, un estudio realizado por el departamento de Ciencias Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) señaló que en Jalisco, por ejemplo, los accidentes automovilísticos y heridas por armas de fuego son las principales causas de muertes entre jóvenes de 15 a 24 años de edad, mientras que a nivel nacional las causas se invierten y las armas de fuego ocupan el primer puesto.
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