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Si no quieres problemas legales, no ejerzas la medicina

Una de las preguntas más recurrentes a las que me enfrento es, “¿cómo puedo evitar las demandas de los pacientes?”
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Una de las preguntas más recurrentes a las que me enfrento cada vez que tengo la oportunidad de dar pláticas sobre el tema médico-legal en colegios médicos u hospitales es, “¿cómo puedo evitar las demandas de los pacientes?”, cuestionamiento ante el cual mi respuesta es invariablemente la misma: “¿quieres olvidarte de las demandas médico legales?, ¡fácil!, no ejerzas tu profesión”.

La razón de dicha respuesta radica en un simple hecho. Mientras laboren con el bien más preciado de una persona (su vida y su salud), siempre estarán expuestos a toparse con reclamaciones de esta índole, incluso si se trata de los médicos más precavidos y cautelosos. Por ello resulta indiscutible la importancia de adentrarse en el tema, siempre y cuando sea su intención la de ejercer como profesionales de la salud, claro está.

Si bien el alejarse estos problemas legales es labor poco menos que imposible, existen ciertos factores que deben evitarse a fin de reducir al mínimo los mismos y que, con base en mi experiencia profesional, pueden resumirse en los siguientes puntos:

1.- Dar falsas expectativas y no hablar de los posibles riesgos con el paciente

Es claro que la medicina no es una ciencia exacta, por consecuencia está imposibilitada para garantizar un resultado satisfactorio; sin embargo, un error bastante común en casos de demandas, se deriva de ciertas palabras que el médico pronuncia con la intención de dar confianza a sus pacientes al momento de valorar la posibilidad de practicarse alguna cirugía.

Independientemente de las cartas de consentimiento que tus pacientes deben firmar antes de una cirugía, frases como, “no te preocupes, todo saldrá bien”, “este procedimiento lo he realizado cientos de veces y nunca he tenido problemas” o “verás que después de la cirugía quedarás cómo nuevo”, son vistas como promesas, mismas que al no cumplirse desencadenan en reclamos legales.

2.- Descuidar la relación médico paciente

La relación médico-paciente es un tema que desde que inicié a defender este tipo de asuntos (hace ya más de 12 años) me ha llamado mucho la atención, pues he presenciado miles de casos donde la intervención oportuna del médico termina por salvar la vida de un paciente, pero aún así existen reclamos ante la más mínima insatisfacción.

Por el otro lado, también me he topado con casos que podrían ser catalogados como claros ejemplos de “descuido médico” (dejar una gasa dentro de la cavidad quirúrgica, por ejemplo) en los que los pacientes deciden no actuar de ninguna manera.

En muchos casos la diferencia entre uno y otro desenlace ha sido determinada por algo que pudiera parecer tan insignificante como el llevar una buena, mala o, incluso, inexistente relación con el paciente.

3.- Confiar demasiado en la relación médico-paciente

Curiosamente y en contraposición al punto anterior, muchos casos que me han tocado defender ante autoridades como ministerios públicos y juzgados se han derivado por considerar, de parte del médico, que existe tan buena relación con el paciente y sus familiares que se pueden descuidar ciertos aspectos de trascendencia legal, provocando que se cometan faltas como expedición de certificados médicos falsos, realización de procedimientos sin contar con la infraestructura o personal adecuado, y así podría mencionar varios casos en lo que incluso se llega a la ausencia de documentos tan relevantes como la carta de consentimiento bajo información por confiar en la buena relación que existe.

Y sin embargo, al momento en que se presenta la insatisfacción por parte del paciente o algún familiar el caso es llevado frente a la autoridad.

Emergencia-Medico-Legal

Así pues, si se busca evitar factores que fácilmente pueden llevar a un juicio civil, una investigación de carácter penal o alguna queja de carácter administrativo, no se deben olvidar los siguientes puntos:

  • Siempre hablar con la verdad al paciente, siendo realistas en las expectativas que se tienen, exponiendo las opciones de tratamiento y riesgos inherentes a las mismas.
  • Llevar a la práctica una buena relación médico-paciente en todo momento, incluso si los resultados no son los esperados.
  • Siempre tener presente la trascendencia legal de los actos médicos en que se se participa.

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