Un escándalo sanitario ha sacudido a China luego de que se descubriera el almacenamiento y venta de vacunas defectuosas, mismas que fueron vendidas a compañías médicas y hospitales.
Debido a este problema 37 personas han sido detenidas. En tanto las autoridades piensan que desde 2011 estas vacunas defectuosas fueron aplicadas a millones de personas.
Por su parte el gobierno chino continúa con las investigaciones de este fraude que de momento implica a más de 100 personas.
De acuerdo a versiones de algunas autoridades, la policía conocía la existencia de este problema, pero prefirieron no darlo a conocer, lo que ha causado la indignación de la opinión pública de ese país por la proliferación de actos de corrupción sanitarios y alimentarios durante los últimos años.
Este caso involucra a 25 tipos de vacunas y productos médicos. Se sabe del caso de una madre y su hija quienes fueron sorprendidas vendiendo estos productos en la provincia costera de Shandong. Una de esta mujeres, médico de profesión, llegó a vender hasta dos millones de vacunas defectuosas, entre las que destacan algunas para prevenir la hepatitis B, la rabia y la encefalitis, por lo que fueron arrestadas de inmediato.
Por otra parte, las autoridades chinas también tienen en la mira a más de cien representantes de compañías farmacéuticas (algunos sin licencia) quienes al parecer proveían las vacunas a los proveedores, quienes a su vez las comercializaban en hospitales y clínicas a precios muy elevados a los oficiales. La peor parte es que dichas vacunas no contaban con un control de calidad adecuado pues fueron almacenadas mal acondicionados y muchas de ellas ya habían expirado.
El primer ministro chino Li Keqiang ordenó una investigación para dar a conocer todas las compañías médicas implicadas, lo cual afecta a muchos funcionarios de la salud del país oriental.
“Esta situación ha causado una profunda preocupación y dejado en evidencia muchas lagunas regulatoria”, expresó Keqiang.
