Una investigación conjunta entre científicos de las universidades de Pennsylvania e Illinois en Estados Unidos permitió diseñar electrodos intracraneales capaces de disolverse dentro del organismo tras monitorear la actividad cerebral de pacientes con distintas condiciones.
Esta tecnología se encuentra constituida por capas de silicio y molibdeno que miden las características fisiológicas de la masa encefálica y se disuelven a una velocidad determinada por su espesor.
Sus creadores han probado el prototipo en modelos de ratones para registrar las ondas cerebrales de estos animales bajo anestesia, así como las fluctuaciones de tensión entre las neuronas.
El objetivo es usar eventualmente los electrodos en el diagnóstico y tratamiento de padecimientos como epilepsia, mal de Parkinson, depresión o dolor crónico, así como para llevar control postoperatorio de pacientes con enfermedades cardiovasculares, ya que esto último suele hacerse con apoyo de medios costosos y poco prácticos como el uso de radiología.
El uso de estos electrodos intracraneales ayudaría a hacer “mapeo y monitorización de la función cerebral durante la preparación para neurocirugía” y “guiar procedimientos quirúrgicos sobre las estructuras nerviosas”, según refiere Biran Litt, uno de los principales colaboradores en este trabajo publicado recientemente en Nature Materials (“Bioresorbable silicon electronics for transient spatiotemporal mapping of electrical activity from the cerebral cortex”).
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