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“Despacio que llevo prisa”: lecciones de actitud para médicos emprendedores

Todo médico emprendedor tiene derecho a sentir miedo a enfrentar el mercado de servicios, sobre todo cuando carece de experiencia.
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El ejercicio de la medicina ofrece grandes ventajas al profesional de la salud, entre ellas la posibilidad de ser su propio jefe al establecer su consultorio o clínica, sin embargo, además de requerir preparación académica, el médico necesita desarrollar capacidad administrativa y empresarial a fin de evitar el fracaso en este proyecto.

Pensando en ello, el día de hoy te presentamos tres fábulas que, de forma amena, pueden ofrecerte gran aprendizaje en la tarea de desarrollarte como emprendedor:

1. El león y el ratón
Después de un largo día de caza, un agotado león se echó a dormir debajo de la sombra de un árbol. Al poco tiempo, algunos ratones salieron de su madriguera y comenzaron a jugar a su alrededor, pero el más travieso tuvo la osadía de esconderse entre su melena, con tan mala suerte que lo despertó. Malhumorado porque el roedor interrumpió su siesta, el león lo atrapó y amenazó con devorarlo. Sin embargo, el ratón le pidió que lo perdonara y prometió pagarle el favor en el futuro. El felino echó a reír, pero lo dejó marchar. Días después, unos cazadores lo atraparon y ataron, pero el ratón escuchó sus lamentos y llegó de inmediato para mordisquear la cuerda y dejarlo escapar. Finalmente, el roedor recordó al león aquel momento en que se burló de él, y le aclaró que los ratones eran agradecidos y sabían cumplir su palabra.

Lección: Como médico emprendedor seguramente te sientes pequeño frente a otros profesionales de la salud que llevan años ofreciendo servicios sanitarios. Puedes ser atrevido, al grado en que llegues a incomodarlos e, incluso, es válido experimentar miedo al hacerlo, pero la clave para superar la adversidad es identificar las necesidades del mercado e intentar satisfacerlas. Como nuevo emprendedor eres pequeño, pero identificar tus fortalezas y los campos de oportunidad que hay te permitirá alcanzar el éxito de tu empresa.

2. La liebre y la tortuga
Había una vez una rápida liebre que se burlaba de la lentitud de una tortuga, de modo que ésta última, cansada de su vanidad, la retó a una carrera. Al lagomorfo le pareció graciosa la idea, pero aceptó. Llegó el día de la carrera y mientras la lenta tortuga caminaba a paso constante, la liebre lo hizo tan rápido que al ver seguro su triunfo decidió tomar una siesta. Sin embargo, poco después, la liebre abrió los ojos sólo para ver a la tortuga llegar a la meta.

Lección: Como médico emprendedor puedes sentir que la competencia avanza a pasos agigantados mientras tú te rezagas en el camino. No te preocupes, alcanzar el éxito no es cuestión de velocidad, si no de constancia. No te duermas en tus laureles, fija metas, traza planes y no desistas. Quizás tu competencia te lleve algunos pasos de ventaja, pero se requiere calma para valorar la situación que enfrentas y actuar en consecuencia. Recuerda este popular dicho y aplícalo: “despacio, que llevo prisa”.

3. La zorra y el cuervo
Cierto cuervo con un pedazo de queso en el pico se retiró a un árbol para degustarlo con calma. Sin embargo, una zorra hambrienta que pasaba por el lugar lo observó atentamente y deseando el bocadillo le dijo con voz dulce: “¡Qué admirable y elegante es usted, verdaderamente posee una gran belleza! Estoy segura de no haber visto a nadie mejor dotado para ser Rey de los cuervos. Imagino que su voz será igual de fantástica, pero me encantaría escucharla”. Orondo, el cuervo intentó cantar y dejó caer el queso que fue atrapado y devorado por la zorra, quien enseguida le recriminó: “si además de vanidad tuvieras racionamiento, verías que todo adulador quiere algo, y esto te costó tu queso”.

Lección: El médico emprendedor deberá trabajar mucho para alanzar sus metas. No obstante, al encauzar sus esfuerzos en el camino correcto, es natural que reciba reconocimiento de pacientes, amigos, familiares y, a veces, también de la competencia, sin embargo, no conviene dejarse deslumbrar por los logros obtenidos, ya que puede ser contraproducente. Los halagos de la gente son apenas indicios de que se va por buen camino, pues la administración de un consultorio médico requiere trabajo e innovación continua, ¡recuérdalo!

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