Una investigación realizada por la consultora Deloitte Access Economics Australia, con apoyo de otras firmas de la misma compañía en Latinoamérica, especialistas clínicos en la región, líderes de opinión y la farmacéutica Novartis, encontró que el gasto en América Latina por enfermedades cardiacas ascendió a 30 mil 900 millones de dólares en 2015.
El informe presentado durante el Congreso Mundial de Cardiología y Salud Cardiovascular (WCC 2016) de la Federación Mundial del Corazón, ofrece una imagen sobre el estado de la región.
El estudio, centrado en la carga económica que representan estas afecciones para los pacientes de México, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, El Salvador y Venezuela, reveló que las cuatro condiciones cardíacas más comunes son: ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular e hipertensión.
A decir del director médico de Enfermedades Cardiovasculares y Metabólicas de Novartis en Latinoamérica y Canadá, Jorge Salazar, este trabajo ayuda a comprender de mejor manera la carga que enfrentan tanto pacientes como los sistemas de salud.
Por su parte, Lynne Pezzullo, una de las principales autoras del estudio, indicó que “la investigación muestra que la telemedicina y las líneas telefónicas de apoyo e intervención forman parte de las opciones eficaces de costo-beneficio de prevención y tratamiento de estas condiciones”, por lo que esperan que “mediante la sensibilización adicional se tomará la acción y, por lo tanto, disminuirá la carga económica”.
Al respecto, cabe destacar que datos de 2013 recabados por Statista señalan que México se encuentra entre los países miembros de la OCDE con mayor número de muertes por cardiopatía isquémica, pues presenta 140.4 decesos por cada 100 mil habitantes. En tanto, información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indica que es ésta una de las principales causas de decesos entre mexicanos, ya que de los 121 mil 427 fallecimientos ocasionados por enfermedades cardiacas en 2015, 82 mil 334 se debieron específicamente a cardiopatía isquémica, lo que da cuenta de la grave carga económica que este problema de salud representa para la sociedad.
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