Durante la reunión con los líderes del G-7 que se celebrará los días 26 y 27 de mayo en Ise-Shima, Japón, el presidente de Francia, François Hollande, presionará a sus colegas para que lancen un proceso “irreversible” de control de precios de los nuevo medicamentos en una campaña mundial para que las medicinas que salvan vidas sean más asequibles a la población.
Las naciones del G7 albergan a la mayoría de los principales fabricantes de fármacos, así que mientras los gobiernos estén dispuestos a enfrentar los crecientes costos de salud, no se lanzarán en contra de sus propias industrias farmacéuticas.
“Tenemos que iniciar este proceso con firmeza, y el presidente quiere que sea irreversible”, declaró a Reuters una fuente cercana a Hollande.
La regulación tendría que equilibrar la necesidad de mantener los costos bajos de las medicinas con los incentivos otorgados para innovación a las farmacéuticas como Pfizer (Estados Unidos), Sanofi (Francia) o GlaxoSmithKline (Gran Bretaña), motivo por el cual aunque delegaciones del G-7 han iniciado conversaciones sobre el tema, nadie espera que haya gran avance a mediano plazo.