Médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Cancún, Quintana Roo, denunciaron que los pacientes los responsabilizan por no poder conseguir medicamentos para hipertensión y diabetes.
“En realidad no podemos hacer nada porque el que no haya medicamentos es por la nueva reforma de salud”, aclaró Mario Carvajal, ortopedista y traumatólogo del ISSSTE, quien señaló que “los medicamentos para esas enfermedades ya están fuera del cuadro básico desde hace como tres meses”.
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y falla renal, las cuales son, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la primera, sexta y onceava causas de muerte en México, respectivamente, mientras la diabetes ocupa el segundo puesto de la lista.
Por ello, galenos como la ginecopediatra e integrante del Frente Democrático de Trabajadores del Seguro Social, Alfonsina Sánchez Cruz, están inconformes con que se envíe a la iniciativa privada recursos federales, pues asegura que “se nos dice que no hay presupuesto para la atención hospitalaria, entonces no entendemos cómo sí tienen para pagarle a un servicio particular el subrogado”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80 por ciento de los fallecimientos por diabetes se presentan en países de ingresos bajos y medios, además, prevé que este padecimiento se convierta en la séptima causa de mortalidad en 2030.
En tanto, sobre la hipertensión calcula que ésta ocasiona anualmente unos 9 millones de fallecimientos, además, destaca que es uno de los factores de riesgo para infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Sobre la preocupación de los médicos, puede advertirse que ésta es natural, pues en un país como México, identificado entre las 10 naciones con mayor número de pacientes con diabetes en el mundo en 2015, la atención por estas enfermedades crónicas debe ser prioritaria, si bien representa considerable carga económica para el sistema de salud que demanda una estrategia integral para enfrentar tal problemática.
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