En ocasiones algunos profesionales de la salud suelen perder de vista la gran responsabilidad que llevan a cuestas. Sin importar si se trata de médicos que recién inician su camino profesional o los médicos más experimentados, muchos olvidan la verdadera razón de su vocación.
Por lo tanto, creemos pertinente hacer un pequeño análisis de los principios que todo buen médico debe tener:
Generosidad
De acuerdo con el médico, escritor y pensador español Gregorio Marañón (1887-1960), “ser un gran médico es el amor invariable al que sufre y la generosidad en la prestación de la ciencia… con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no puede llegar el saber, llega siempre el amor”.
Dedicación
Cuando las cosas se hacen sin dedicación y vocación, definitivamente no saldrán buen. Por lo tanto, los médicos necesitan saber sobre la importancia de la disposición personal para ayudar a la gente que así lo necesite. Y para lograrlo es necesario preparación, dedicación y responsabilidad desinteresada por encima de todo.
Inquebrantable moralidad
Por lo general los principios morales son los que rigen los pasos durante la actividad profesional, pero casi siempre serán cuestionados por la realidad política y social. Con lo anterior queremos resaltar la importancia de defender la dignidad humana sin importar las circunstancias: edad, religión, raza, estado de salud, etc. De esta forma, es importante no perder el sentido crítico ante las situaciones que puedan atentar contra la dignidad humana y/o contra la vida.
Humanismo
Los médicos nunca deberían olvidar el trato humano, lo que trae a propósito la siguiente frase: “curar a veces, aliviar a menudo y consolar siempre”. El humanismo médico es una capacidad que los médicos nunca deberían perder de vista.
